Los más jóvenes: la esperanza viva del cine
Durante años se ha repetido la misma pregunta: ¿está el cine condenado a desaparecer frente al streaming? La respuesta podría estar en quienes menos imaginábamos. La Generación Alpha (los nacidos entre 2013 y 2025) parece dispuesta a devolver la magia a las salas oscuras.
Un estudio de NRG, recogido por Variety, reveló un dato sorprendente: el 59 % de los Alpha prefieren ver una película en el cine antes que en casa. Una cifra muy por encima de lo que ocurre con Millennials, Generación Z o X. Dicho de otro modo: mientras los adultos se debaten entre Netflix o Disney+, los niños eligen butaca y palomitas.
La experiencia del cine
Para los Alpha el cine no es solo “ver una peli”: es una experiencia social. La magia no está en darle al play desde el sofá, sino en reunirse con amigos, salir de casa, sumergirse en la oscuridad compartida y dejarse llevar por una historia gigante en pantalla.
Los ejemplos hablan por sí solos:
• Minecraft: The Movie fue más que un éxito de taquilla. Se convirtió en un evento colectivo, un lugar donde los niños cantaban y celebraban juntos cada escena.
• KPop Demon Hunters logró liderar la taquilla pese a estar disponible en Netflix, gracias a su versión karaoke que transformó la sala en un auténtico espectáculo compartido.
Cine no es solo película: es atmósfera y compromiso
Los datos son reveladores: menos del 10 % de esta generación usa el móvil durante la proyección. Además, consideran que la duración ideal ronda las dos horas, lo suficiente para mantener la atención y vivir la historia con respeto.
En una era dominada por el consumo individualizado, los Alpha entienden el cine como lo que siempre fue: un ritual compartido.
El futuro de Hollywood podría tener rostro infantil
Las salas ya no necesitan convencer a los adultos: es la nueva generación la que las elige de manera natural. Y si títulos como Minecraft o KPop Demon Hunters llenan butacas, la industria tiene una pista clara: hay que crear más historias pensadas para ellos. Eso implica:
• Apostar por narrativas frescas y universos que dialoguen con sus intereses (videojuegos, música, redes sociales).
• Convertir cada estreno en un evento transmedia con potencial viral.
Del mismo modo que muchos recordamos nuestra primera función con Jurassic Park o Harry Potter, los Alpha están forjando sus propias memorias: Minecraft, Ne Zha 2 o la nueva Lilo & Stitch. No son solo películas: son recuerdos emocionales que acompañarán toda una vida.
La experiencia supera al contenido
El cine, lejos de estar en crisis, podría estar viviendo un renacimiento gracias a quienes menos esperábamos: los más pequeños. Para ellos, la sala sigue siendo un plan emocionante, único e irrepetible, algo que ninguna plataforma de streaming puede replicar.
Quizá haya llegado el momento de aprender de su mirada y redescubrir lo que significa disfrutar del cine: no solo una película más, sino una experiencia compartida, una chispa de magia que nos recuerda por qué, desde niños, nos enamoramos de la gran pantalla.
CinemaCon 2025: el eco de esa magia
En su última edición, CinemaCon 2025 reforzó este mismo mensaje: el cine vive y se fortalece a través de la experiencia.
Los ejecutivos de los grandes estudios reafirmaron su compromiso con la fuerza de la pantalla grande, asegurando que la calidad y la diversidad de sus estrenos atraerán de nuevo al público.
Además, presentaron sus próximas producciones con un despliegue espectacular: Disney repartió gafas 3D para títulos como Elio y Avatar: Fire and Ash, mientras que Universal sorprendió con una orquesta en directo para acompañar sus avances (Los Angeles Times).
Las estrategias apuntan en una dirección clara:
• Apostar por experiencias únicas y memorables (como orquestas en vivo o innovaciones visuales), algo que conecta perfectamente con los intereses de una generación que busca ir más allá del simple streaming.
• Reforzar el cine como evento colectivo, no solo como entretenimiento pasivo, alineándose con lo que los jóvenes ya valoran: la experiencia social e inmersiva de una sala.
El cine no está muriendo: está cambiando de guardianes. Y quienes lo salvan no son las plataformas ni las campañas de marketing, sino los niños que llenan las butacas con ilusión. La Generación Alpha no solo consume cine: lo vive, lo celebra y lo convierte en magia.
Quizá el futuro del séptimo arte tenga apenas diez años, pero ya sabe algo que los adultos a veces olvidamos: el cine, en realidad, nunca dejó de ser un lugar mágico.
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